domingo, 8 de abril de 2007

Soy de izquierdas?

Me estoy replanteando mi ideología.

Soy de izquierdas por herencia y en una doble vertiente:
Mi padre, trabajador de la industria, hijo de campesinos pobres como ratas y de la tardía revolución industrial de este país, es un socialista de los de toda la vida.
Mi madre, ama de casa, perteneciente a una familia de emprendedores de ideología más liberal, está marcada por el asesinato de su abuelo a manos de la represión franquista. Esto la convierte en antifranquista primero y en socialista después.

Les fué bien, progreso económico a través de la lucha sindical y progreso social a través del partido.
Y a mi me fué bien con ellos, la herencia se convierte en convicción.

Hasta que llegó el crack de los 90, el final del gobierno de Felipe González y el ascenso de Jose María Aznar me dejó sumido en una crisis ideológica. Independientemente de los escándalos y la corrupción, había pequeños detalles como que la izquierda liberalizara el mercado laboral y que en algunos temas ellos nos adelantaban… por la izquierda!!!.

Mientras mi partido se encontraba a si mismo, me dió tiempo de coger aprecio a algunos políticos de derechas y a dudar (ideológicamente) de algunos de izquierdas.

En estas estaba cuando a Jose María Aznar le dió por mostrar su cara menos amable y descubrimos a un señor de León que venía con nuevas ideas para un partido viejo.

Las cosas volvían a su sitio original, pero como a Frodo o a Ulíses, el viaje me ha cambiado. Ya no se si soy de izquierdas , soy de derechas o todo lo contrario.

Actualización 12-04-2007: don Germán Yanke reflexiona sobre la leyenda negra de la derecha. Le matizo aquí.

4 comentarios:

animalpolítico dijo...

Gracias por el enlace.

Creo que tus dudas no son ideológicas. Simplemente dudas de algunas realizaciones prácticas de la teoría.

Los GAL no es izquierda. Pero la guerra sucia también la practica la derecha. Más.

La corrupción no es de izquierdas, pero es mucho más visible cuando caen en ella los de izquierdas, porque nosotros exigimos más a los nuestros y no les perdonamos las faltas de ética. Guerra fue fagocitado sin que se le pillara en nada. Zaplana sigue insultando a nuestra inteligencia después del "estoy en política para forrarme", los aviones y los chicles Trident.

Pimentel y Bono son muy, muy, muy atípicos en sus partidos. Y así, ambos, han terminado dejando voluntariamente sendos ministerios.

Yo creo que eres de izquierdas, por lo que te he leído y por lo que te preguntas. Por el espíritu crítico.

Nuestro voto es como las aguas del Guadiana. El mío se escondió en mi seno entre 1996 y 2003 (Gal, corrupción). Salió de nuevo tras el Prestige y la guerra de Irak.

Naide dijo...

Es un placer y un honor que sea usted mi primer comentarista, el agradecido soy yo.

Coincido con usted en que soy de izquierdas, si nos remitimos a los inicios la izquierda es la defensora de los intereses del tercer estado. Me siento parte del actual "tercer estado" y como tal me identifico con la izquierda.

Pero mi reflexión quiere ir en otro sentido y usted da en el clavo. Hay ciertos valores que la gente de izquierdas tenemos como propios, muchos de ellos son incuestionables (honradez, espíritu crítico...). Sin embargo hay otras ideas que son perfectamente cuestionables y creo que debemos de hacerlo.

En un mundo que está cambiando radicalmente, las políticas han de cambiar y las ideas también. En este contexto es importante volver a los valores oríginales y revisar todo aquello que nos es irrenunciable para construir nuestro futuro.

Anónimo dijo...

Yo lo que tengo claro es que no soy de derechas. Y menos de los que nos engañan como a retrasados.

Ánimo con el blog. Veo que llevas poco tiempo. Te visitaré con frecuencia.

Naide dijo...

Paco.:

Pues agradecido de su visita por este joven sitio, espero que sus visitas le resulten amenas y/o provechosas.

Es engañado quien quiere, por eso es importante el espíritu crítico. Yo por mi parte no pienso ponérselo fácil a mis líderes, puedo entender un error o un fracaso de determinada política. Pero jamás perdonaré una traición a ciertos pricipios básicos.